Algarrobo abuelo.
El árbol. Así llamaban nuestros aborígenes al algarrobo. En sus dos especies principales (blanco y negro), ésta especie es endémica del norte de Córdoba y en muchos lugares ha desaparecido a causa de la desforestación.
Un algarrobo, especialmente, reclama todo el derecho a ser el padre de los algarrobos. Un ejemplar de más de cuatrocientos años que ubicado en la calle Reconquista casi Cautivita, ha sido testigo de la historia de nuestra Villa de María. Su frondosa copa cubre una muy amplia superficie, su tronco de dimensiones generosas surcadas por ríos de copiosa cobertura y su porte imponen respeto al observar.
Nuestros aborígenes con mucha razón lo llamaban el árbol por antonomasia. Ya que les brindaba leña para calentarse, fruta para alimentarse, sombra en los calurosos veranos de nuestro norte cordobés con temperaturas muchas veces extremas, y contención a modo de abrigo en los tiempos de frío.
Los niños del jardín de Infantes lo llaman el árbol abuelo y el título parece muy justo. Es una verdadera joya natural que podemos visitar y admirar en nuestro pueblo y al que todo transeúnte y visitante de otras tierras puede llegar a admirarlo.